Red Bull Music Academy Radio

sábado, 15 de octubre de 2011

Una ovación a la imaginación

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Para enamorar a una hinchada exigente como la de alianza, hace falta demostrar algo más que garra y corazón, es decir, ingenio. Imaginación. Quizás en eso se diferencia a Universitario, pues en Matute generalmente se le rinde homenaje a algún goleador de un título o al héroe de una noche inolvidable. Pero para que una ovación se dirija a un solo jugador en un partido sin mayor emoción, el futbolista tiene que haber sido confundido con un fantasista. Y es que aquella tarde de Setiembre, Jhonnier Montaño dispuso de la naturalidad de un distinto, para robarse las palmas de las 4 bandejas del estadio, a penas el numero 20 brilló en el aire.


Probablemente fueron los mejores 78 minutos de Montaño con la divisa blanquiazul. Al frente estaba el Aurich, que coincidencia, el rival de hoy en la Copa Movistar. Ese día como todo ganador pidió el balón, lo escondió y lo trató como a toda mujer, con respeto y paciencia, a diferencia de otros que se nublaron al ver tanta dulzura, nacida de su prodigioso botín izquierdo. Mediante un regate auspicio la temprana expulsión de Mario Gómez y se cansó de habilitar a Claudio Velásquez, de nefasta actuación. Por ello el encuentro acabo tan solo 1 a 0 y Montaño no tuvo relación directa con el gol. Solís, en una pelotera, marcó el tanto de la victoria.


Entonces, el caleño caminaba a placer y filtraba pases entre la pasiva zaga chiclayana, que poco podía hacer frente a la precisión de cirujano que revelaba el 20 de alianza en cada servicio. Según Guardiola, existen tres formas de atacar: una, mediante el pase directo; otra por medio de la combinación; y la más arriesgada desde el desequilibrio. Y Montaño, demostró, en ese duelo, que el manual de la inspiración forma parte de su cerebro.

Transcurrieron un poco más de dos años y algunas cosas cambiaron para Montaño. No solo el look, sino también el entrenador y los compañeros. Sin embargo, el sábado será un buen momento como para que la nostalgia se apodere de él y como en dicha tarde de Setiembre vuelva a cargar a su público con algo más que garra y corazón, imaginación.

Secretos de una presión

Rueda el balón y cada enfrentamiento se transforma en un examen para el rosarino, Pablo Vitti. Aprobado y sentenciado. Aceptado y desacreditado. El último clásico, la Copa Sudamericana y el receso del torneo nacional parecen haber comprado por fin la libertad del argentino. Y no solo para ocupar espacios dentro de un campo de juego, sino también para regatear esa presión que hasta ahora, de cierto modo, lo condena, por haber sido designado como el mejor jugador del campeonato pasado con la San Martin. “A mí se me exige el doble. Demasiado. Y no está mal, pero ser el mejor no es cosa de todos los días”, aseguró el mediocampista crema al micrófono de CMD.


Desde menores, al 10 de Universitario, le enseñaron que los clásicos no se crearon para jugarse, sino para ganarse. De puntero o colista, se deja la piel en la cancha para salir campeón o salvar el año. Lo aprendió en los duelos ante Ñuls, cuando solía lucir los colores de central. Y ante Alianza se cumplió esta innegociable obligación y Vitti, para muchos, disputó su mejor actuación desde que viste de crema. “Los encuentros frente al Anzoategui y Alianza fueron donde más cómodo me sentí”, aclaró el ex compañero de Messi, en aquel seleccionado Sub 20 argentino, que alcanzó la gloria allá por Holanda en 2005.


Quién vive una situación similar es Martín Morel. Al también nacido en Rosario se le abrió el arco agónicamente ante el rival de siempre y el que más lo festejó fue el propio Vitti. De no haberse dado el triunfo, su penal errado, hasta hoy, lo estuviera dejando en evidencia. “Es muy bueno para el equipo que se le abra el arco. Es un gran aporte”, sentenció emocionado el ex Banfield e Independiente.


Al convertirse la Copa Movistar en más que una odisea para los de Ate, la Sudamericana es, desde hace algún tiempo, la última gran vida para la U. Y, por tanto, Pablo Vitti parece ya conocer la forma de aprobar la materia. Esa materia tan complicada que moderan los hinchas y refuerzan los periodistas. Encontrar protagonismo y arribar a la cima del continente se muestran como los argumentos más sólidos para buscar su carta de libertad. Porque cómo dice la renovada canción, la Copa Sudamericana es su gran obsesión.