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sábado, 4 de julio de 2009

Cuando lo caro puede ser barato.

La perspectiva ambiciosa y selectiva que ha idealizado el Real Madrid, asombra a muchos seguidores del fútbol. Para muchos, es el empezar de un proyecto futurista que provoca no querer ni siquiera imaginar a donde nos llevará este deporte en unos años. Si seguirá el transcurso del balón o lo interceptará el avanzado mercado de las camisetas. Al parecer, el negocio le esta restando credibilidad a la pelota. Los traspasos “rompecifras”, las presentaciones masivas y los goles soñados de estrellas que aún no lucieron la casaquilla de su nuevo club, se consuman, antes de tiempo, en la pomada deseada para remediar el año negro que sucumbió al club blanco. Y sus hinchas lo avalan, no es para menos. A muchos no le extraña. En lo personal, no me pasma. Superarse y porfiar lo inalcanzable diseña a la perfección, el futbol capitalista y comercial que se practica, hoy en día.

El retorno de Florentino Pérez al Madrid, ha ilusionado al seguidor madridista y escandalizado al que no lo es. Incluso, a alguno que si lo es. En esta vuelta, sin duda, incursionó con más fuerza. Con la firme decisión de romper el mercado. De acribillarlo. De hacerlo parecer insuficiente. Aunque según él, teniendo en cuenta los errores que lo obligaron a dejar el cargo, aquel 27 de febrero del 2006. Que viene Kaká, que tenemos atado a Ronaldo. Lo cierto, es que la ideología merengue ya esta implorando ver juntos a un cristiano y un evangelista oficializando plegarias en el gramado del Bernabeú. Fueron exactamente 131millones de euros los que entregó Florentino Pérez, en menos de una semana, para porfiar que ambos puedan entablar perfectamente el portugués. Si en su primer régimen utilizó a Luis Figo como bandera, ahora decidió por dos. ¡Y que dos! Al inicio quedó la impresión que si no se optaba por balones de oro, mejor no se fichaba. Ante ello, las críticas no pararon de tocar la puerta del presidente. Las abismales cifras, indignaron a muchos personajes identificados con el fútbol. Arrigo Sacchi, lo designo “el Rey Midas”, aludiendo a que todos los jugadores, los quiere para él; Michel Platini, aún, sueña perturbado; y Joan Laporta, ya empezó a poner clausulas imposibles, en caso algún jugador azulgrana piense en la traición.

Con la hipotética idea de españolizar al equipo, su confabulado cuadro de operaciones (Valdano, Pardeza y Zidane) empezó por Raúl Albiol. 15 millones de euros se necesitaron, para que el Valencia acceda a dar curso con la operación. Está claro, que los esquemas se empiezan de atrás para adelante, por ello, y como era de esperarse, fue el fichaje menos voceado. Con la llegada del central, todo hacía indicar que el acuerdo por David Villa se capitalizaría sin titubear. Sin embargo, de tanto esperar, Florentino apagó las luces de la negociación y rápidamente separó las del Santiago Bernabéu, para que el día 9 de Julio, todas apunten hacia el estreno de Karim Benzema. Justamente el francés, ha sido el elegido para comandar el ataque del Madrid. 35 millones de euros descargó Pérez, más otros 6, en caso de éxitos. Pero, el caño no se cierra ahí. Va por más.

Entre tanto carro nuevo, lo ideal sería saber quién dirigirá este tránsito. Por su bajo perfil y poca capacidad mediadora, el chileno Manuel Pellegrini ha quedado al margen, en cuanto al marco espectáculo. Sin embargo, su voz y mando será fundamental para llevar este barco a la deriva. Los 4 millones pagados por él, al Villareal, han dado muestra de la confianza depositada en el técnico, para armar un funcionamiento arrollador. Títulos, show y estar presentes en la final de la Champions, a disputarse en el Santiago Bernabeú, son los principales objetivos a los que apunta el club para esta temporada. Van por todo. En sus manos, está el futuro del proyecto.

Hoy se puede decir que, estamos expuestos a mirar el juego de esta forma. No digo que este bien o mal, simplemente, es la nueva postura. Contagiante, por cierto. Y en este mundo, Florentino Pérez ha encajado a la perfección. Mejor imposible, diría yo. Su formato de manejo, enfatizado en acceder a números categóricos por un jugador, le ha resultado a las mil maravillas. En su primer ciclo, gastando por tanto galáctico, la economía del Madrid apunto para arriba. Ahora, empezará a imitar con lo mismo. Promocionar el dorsal 8 de Kaká, impulsar la gira del equipo de cara a lo que será la campaña e ir palpitando el número de aficionados que irán a la presentación de Cristiano, forman el primer paso. El resto, lo tendrán que enrumbar Pellegrini, Cristiano, Kaká y compañía.