ra, los atacantes, por nombre, más importantes de Alianza Lima y Universitario desperdician más definiciones de las que concretan. Aunque cumplen su primera campaña en equipos llamados grandes, la impaciencia en estos días irrumpe sobre el aficionado.El argentino, que participa solo en el torneo peruano, cuenta con dos goles en las siete fechas que alineo del campeonato. El primero lo marcó en Matute, en la victoria del cuadro de Costas ante el Sport Huancayo por la primera fecha del descentralizado y el otro en la derrota ante su ex equipo, también de local. Al igual que en algunos otros encuentros, ayer contra Cienciano en casa, se le vio participativo, pero no pudo generar una situación que mate el maleficio. Felizmente, los dos centrales, el sábado, no solo evitaron los goles sino que firmaron el triunfo. La constante elección de Costas por inventar un mediapunta, pareciera la forma más cercana para llegar al gol, debido a la mala suerte de Velásquez, el solo esfuerzo de Gonzáles Vigil y la falencia de Wilmer Aguirre.
Lo que se espera del “Karioka” es que reencuentre esa racha que parecía interminable con el Gálvez y que lo acompaño en los amistosos previos al inicio de este campeonato.
Por su parte, el brasileño rápidamente se ganó una impresión poca acertada para el hincha crema. Como argumento “el Veco” hace un tiempo atrás en el set de Partido Aparte. Es inexplicable porque si en el Ancash anotaba hasta con la oreja, en la U no puede ser la referencia de gol que se esperaba. Se dice que cuando el goleador no encuentra el gol, este es quien encuentra al goleador. En el caso de Calheira, la esencia del fútbol lo suele perseguir, pero este parece ahuyentarlo. En los siete juegos que disputó en el descentralizado y en los cinco de la copa, ha marcado dos tantos. Uno para cada torneo. Ante Total Chalaco, si la fallaba iba a ser un abuso, mientras que ante Libertad empató el encuentro con atributo compartido. Aunque en este último su gol fue fundamental, la oportunidad que desperdicio para cerrar el partido fue para no creer. Muchos se quedan con esa imagen antes que con su celebración.
El nivel de los delanteros de la U, crea una disyuntiva. Si Reynoso quiere seguir compitiendo en la copa, la compra de un atacante es incuestionable.
Esas son las dos caras, de los puntas que tienen los dos más grandes del país. En San Martín, Arzuaga y Ludueña van bien; en Cristal, Hurtado, Aliberti y Maestri cuentan con una media importante de gritos, el puntero Aurich tiene en Chará e Ibarra quien acabe las jugadas, sin embargo, en los compadres, las compras no han funcionado favorablemente. Sin duda, acá no hay culpables. A ojos cerrados, la adquisición de estos dos jugadores a inicios de año se miraba con acierto. En el rosarino, su poca participación en el clásico dejo una imagen, mientras que en el bahiano sus malas terminaciones van cogiendo techo. Para sus suertes, el fútbol da revancha y los goleadores cuentan con una característica salvavidas. Cuando la embocan, hay que empezar a contar.
