Red Bull Music Academy Radio

miércoles, 1 de octubre de 2008

Cuando Ronaldinho sonríe, el fútbol también


La versión 198 del clásico “della Madonina”, nos mostró un emotivo juego dentro de sus entendidas posibilidades, donde regreso Ronaldinho. Y como tenia que ser, en un partido diseñado para que muestre su tan añorada fantasía y magnitud futbolística. Pues, desde su llegada al cuadro italiano, no se le había visto tan seguro, ni tan claro en su juego, ni tan feliz como se le vio hoy. El brasileño se mostró, pidió, entrego y marco, y de que forma. Su talento, hizo que adecue al San Siro en una fiesta, en su fiesta.

Carlo Ancelotti, finalmente, empleo jugársela por el, dejando en el banco a Andrei Shevchenko y a Marco Borriello, atacantes con mas opciones de alinear conforme a lo que venían realizando en las últimas fechas.La previa del encuentro, nos pronosticaba un juego muy cerrado, donde quizás Kaká por un lado o Ibrahimovic por el otro, serian los abanderados a desnivelar uno de los partidos más importantes del año. Pues, se ocupaba a un defensivo Ancelotti en un banquillo y a un Mourinho que de a pocos se va contagiando de lo que es dirigir en Italia, en el otro. Y si, se desenvolvió un nivel muy táctico, donde el fútbol forzó su máxima expresión y sonrío.

El local, en el papel, plantó un esquema enfatizado en el amplio traslado de balón objetando a Kaká por un lado y a Ronaldinho por el otro, mas participativo en el izquierdo, para así probar verticalizar de cara al gol, mientras que el rival se vio mas obsesionado por la recuperación y pertenencia del balón, que para desatar picardía y atacar. Por tanto, el medio sector del Milán convirtió al del Inter en un infierno, ya que nunca padecieron de claridad, tanto Vieira, Cambiasso, como Zanetti, por la derecha, parecían infrecuentes en la rotación de pelota, basando su juego en depender de las anticipaciones de su rival y no en proponer.

El goleador del encuentro, ya había saludado el arco contrario con un disparo desde el área grande que Julio César pudo apaciguar. Ronaldinho entendía y sus compañeros también. Corría el minuto 36 de la segunda etapa, cuando en un formidable cambio de juego a pies de Kaká, se logró sacudir el orden defensivo del Inter y terminaron por cerrar una fantasiosa jugada con un pronunciado y hospitalario cabezazo de Ronaldinho. Dinho, inadecuado a marcar goles a lo centro delantero, concretó una jugada a meritos de frescura y superioridad en área rival, realizando un gran salto para sentenciar el futuro del encuentro y considerarse como rey de su imperio, donde Cambiasso y Maicon aparentaban ser simples peones.

Sin duda, esto es un indicio de que el ex mejor jugador del mundo, quiere intentar volver ser el mismo extraterrestre de antes o si quiera estar en el escalón superior del futbol mundial. En su actual equipo, quizá no sea el que lleve la batuta del éxito como se daba claramente en Barcelona, porque hay jugadores que pueden combatirlo, sin embargo, a sus 28 años puede ser un valorado aporte que encamine y arremeta al Milán al lugar que le corresponde. El domingo se dio una cita para pensar que el 10, ahora 80, esta de vuelta.